Stephen King, quien es conocido por
obras de auténtico terror como Misery además de algunos problemillas con el
alcohol y los analgésicos, construyó en esta saga lo que él mismo ha llamado su
obra magna que si bien tiene apartes terroríficos está en un mundo paralelo lleno
de personajes fantásticos en un escenario distópico.
Luego
del viaje al pasado lejano de Roland, que compone el tomo
anterior, aquí se regresa a la acción presente, sin dejar de lado la
composición de los eventos en curso con historias que van al pasado de los
personajes. En este caso el Padre Callahan que será importante para el
desarrollo de los eventos.
Durante los hechos que se relatan
podremos descubrir algo del código de los pistoleros y cómo enfrentan una
batalla. Además de acentuar las múltiples habilidades que poseen los
pistoleros, ahora debemos hablar de cuatro pistoleros, cada uno con problemas
diferentes que intervendrán en la historia para añadir más dificultades para
nuestros héroes.
Como experimento de re-lectura es
la parte de la saga que recuerdo más intensamente, tal vez por eso lo leí un
poco más rápido que las demás partes; considero que en este episodio de la saga
se afianzan los personajes que nos llevarán a un final muy bueno. Esta parte
debe ser leída después de las primeras tres y en tanto algunos de los
personajes que encontraremos están presentes en otras novelas de King, se
disfruta más si los conoces de Salem’s Lot, Duma Key o Apocalipsis. Lo sigo
recomendando en clasificación B-15.
En los enlaces adjuntos podrán ver las reseñas sobre las partes anteriores de esta saga. El pistolero, La invocación de los tres, Las tierras baldías, Mago y cristal.