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jueves, 30 de julio de 2015

Me llevaría muchas veces más a la cama a esta septuagenaria


Estas relaciones con gente muerta como que no son del todo sanas, o tal vez son de lo más sanas cuando se trata de relaciones platónicas. Mi primera cita con ella fue cuando yo tenía como 16 años, y me parecía increíble como alguien lograba imitar a cualquier persona; leía A pleno sol y algunas cosas no las entendí por ese entonces, yo inocente puro y casto.

Hace como un año tuvimos nuestro tercer encuentro con La Máscara de Ripley, y sé que leí El talentoso Señor Ripley en el interludio. El recuerdo más que un tono particular, o un ritmo específico es un buen sabor de boca y algo especial: si bien es novela policíaca, o negra creo que le dicen algunos ahora, no vas siguiendo al policía o al detective: estás en la ropa del atormentado asesino. 

Esta vez Patty (por lo que he leído  Semana negra en España me lanzaría un cenicero si me oyera llamarla así) se metió en mi cama, bueno está bien, exagero un poco, más que nada me acompañó en los trayectos de metro de esta semana con La coartada perfecta. Resulta especialmente adecuada la lectura para el transporte público porque son cuentos cortos en los cuales los protagonistas persiguen honrar el título. Cada final sorprende, es genial.



Ninguno de los cinco cuentos tiene desperdicio, tal vez en el primero de los cuentos la mujer(cilla) es retratada como sumisa, emocional y tonta, pero creo que es un poco parte de la presión que necesita el protagonista de la historia para el golpe final.

Sumercé que está leyendo ¿También se llevó a la cama a esta señora? ¿Le gustó? ¿Mucho o muchísimo? Yo rara vez busco específicamente un título pero estoy empezando a sentirme culpable con ella: NO HE LEÍDO EXTRAÑOS EN UN TREN. Les encargo si están cerca y lo tienen por ahí arrumbado en un rincón.

Sí les da pereza clavarse todas las 94 y media paginotas de esta edición, los cuentos que más me gustaron fueron: Maquinaciones, y Variaciones sobre un juego; en orden de más gusto a menos gusto, hoy casi se me pasa mi parada del metro porque estaba terminando de leer. 

Ah! Si me invitan a ver la versión cinematográfica dirigida por Hitchcock no me enojo

jueves, 23 de julio de 2015

Yo fui por pastel y me dieron cheesecake. El adversario de Emmanuel Carrère

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Ya había tenido una experiencia placentera con Emmanuel (ya saben que soy confianzudo) y la contraportada prometía, según yo leo y reproduzco para ustedes abajo con la esperanza de que alcancen a leer, otra novela con un personaje central trastornado. Y pues sí pero no.

Con el propósito de no arruinar el libro para quien lo quiera abordar después de este comentario solo diré que no es una novela, pero sí cabría como relato; sí hay un personaje central trastornado y creo notar un estilo narrativo particular del autor. Emmanuel intenta retratar el estado mental del protagonista con sus acciones que si bien están fuera de lógica, o del sentido común, de alguna manera tienen motivo.

Digo que fui por pastel (ponqué le dicen en mi tierra natal) y me dieron cheesecake, porque no encontré lo que esperaba, sino un sustituto aceptable y agradable.

Como nos da pistas la contraportada, el relato está basado en hechos reales. Aquí un comentario corto sobre ese mote: "basado en" quiere decir que el argumento central sucedió alguna vez, no que esto es un documento histórico.

 Triste tener que aclarar que pasa igual con las telenovelas y los libros sin importar quien los escriba, sin importar si son sobre fútbol o narcotráfico, sin importar si el escenario es Colombia, Rusia o México. Todas esas obras son en gran parte ficción.

Sí es estremecedor. Nos vamos enterando de cómo se va construyendo un castillo de naipes alrededor del protagonista de los eventos.

Definitivamente visitaré de nuevo las letras de Emmanuel. Si a usted le gustan las historias con locos, y a veces le genera cierta simpatía el psicópata, seguramente le va a gustar lo que escribe este francés.

jueves, 16 de julio de 2015

Esa corriente especial. Fuera de juego por Emmanuel Carrère

Esta reseña de reciclaje tiene un propósito, preparar el terreno a la siguiente del mismo autor que será sobre 'El adversario'


Emmanuel Carrère es un escritor francés que ofrece matices profundos y una narrativa agradable en sus novelas, también ha hecho algunos guiones y sigue más o menos activo entre la élite de la cultura en Europa. He encontrado uno de sus trabajos por accidente (como suele pasar) “Fuera de juego” (Hors d'atteinte ? título original) me llamó la atención durante un viaje en el que me había ya quedado sin lectura. Era de lo poco que se permitía comprar en Cuba por esos días, ahora quien sabe cómo estén las cosas.

Frédérique es la protagonista de esta historia, la cual representa la naciente clase media de nuestros tiempos, también con los dilemas propios del ser diferente sin dejar de identificarse con grupos de referencia, de pensar diferente sin estar aislada. Ella lleva una vida de madre soltera y una relación más o menos liberal con el padre de su hijo, hasta que conoce y saborea la ruleta. El juego de azar la lleva por caminos alejados de sus senderos anteriores. Me identifiqué un poco con ella porque entiendo la emoción del juego de azar, la racionalización del éxito alcanzado en la mesa de juego que en realidad depende mucho de factores externos pero que como jugador uno se convence de que por múltiples acciones propias puede influenciar el resultado.

La novela transcurre de manera agradable, el personaje central es realmente profundo y extrañamente cercano a muchas personas de nuestra generación. Recomendado para todos, en especial para quienes han disfrutado de los placeres de los juegos de azar. Perfectamente se lee en un vuelo de dos a cuatro horas.

lunes, 13 de julio de 2015

Respuestas salmódicas colombianas ¿De verdad mejoramos?

Esta entrada surge a causa de un intercambio con @lucaspe en twitter que comenzó por la fuga de "El chapo" y siguió a la comparación con Colombia, la de ahora y la de la década de los 80. Y me dí cuenta de algo: mi credo es un colombianismo que tiene por dogma central: 'Colombia va mejorando'. Como que me he venido aferrando a esa afirmación sin mucho examen de la misma, con apenas una comparación de lo que me acuerdo de los noticieros de la época con lo que veo ahora, y pues que la verdad eso no está bien. Así que a riesgo de salir lastimado, comienzo este examen antes de conocer los resultados; a ver qué pasa.

Como no es un ejercicio serio, y por casualidad solo mencionamos una variable en nuestra conversación con Lucas y Catherine, pues intentaré comparar primero la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes (se mencionó Medellín, si encuentro más ciudades lo hago) y luego veré si encuentro datos de qué proporción de éstas se relacionan con narcotráfico. Pero creo que ya el primer dato es importante, es una señal de 'mejor o peor' más allá de la tendencia ideológica de cualquiera. (nótese, y espero que me crean, que propongo lo que pondrá a prueba mí dogma/opinión colombianista antes de buscar los datos).

Después de un rato de navegar entre diferentes aproximaciones, como de opinión Medellín ya no es de las más peligrosas o una mirada más estadística Evolución de la tasa de homicidios en Medellín 1975-2003   decidí ver la fuente de tan halagüeños datos de mejora las 50 ciudades más violentas 2014 de una nota de El Tiempo y otras que se colgaron de ahí.

Luego de una lectura (superficial, debo reconocer) todos los estudios (dos, vale que es un blog) apuntan a lo mismo: Medellín ha mejorado significativamente, digo mejorado en una comparación consigo misma. Quiero decir que 24.5 homicidios por cada 100.000 habitantes no es deseable, eso no hace una ciudad segura y uno se puede conformar con eso, pero en mucho mejor que 89, o que 400.

De esos no sé cuántos estarán, o no, relacionados con narcotráfico, y más aún no me atrevería a cuestionar si ahí suman o no las muertes causadas por el conflicto interno (yo asumo que no, pero es una presunción de mi parte). Pero creo que el número es muy elocuente, podemos hacer el ejercicio para otras ciudades, pero a riesgo de 'get to cocky' creo que Medellín es representativo en lo que a violencia en la urbe colombiana se refiere.

Otros aspectos, como en lo rural sí son (creo yo) trabajo de campo. Una labor en la que Lucas nos lleva mucha ventaja a la mayoría. Porque sí para las ciudades los datos pueden ser lodosos (de hecho no encontré datos de este año, para poner un ejemplo) para el campo y las selvas la cuestión puede resultar inexistente.

Creo que seguiré diciendo que sí hay problemillas de seguridad en Colombia, pero nada que ver con lo que está pasando en México hoy, que se parece a lo que pasaba hace 30 años (pucha, TREINTA!) cuando Pablo Escobar y todo ese rollo.



miércoles, 8 de julio de 2015

Instrucciones para vivir en México (II) Les recomiendo a mi amigo Jorge

Una de las cosas buenas de la ironía es que da permiso de decir cosas y culpar al lector en caso de mal entendido, cómo en el título: no hay instrucciones; más aún, sería imposible (creo yo) disfrutar esta colección de artículos publicados entre 1969 y 1976 sí no se ha tenido un proceso de inmersión en la vida mexicana, y me atrevería decir que en la vida chilanga (léase la experiencia en la capital).

Los artículos están repartidos en seis temáticas:
I. Lecciones de historia patria, debo confesar que me perdí un poquito.
II. Teoría y práctica de la mexicanidad, gran compendio de comportamientos típicos, que no es lo mismo que lógicos y eso es lo importante. De aquí sale Pobres pero solemnes que comenté antes en Instrucciones para vivir en México (I)
III. La familiona revolucionaria, dónde Jorge nos cuenta del proceso democrático, votantes, candidatos y partidos; resulta ser terroríficamente similar al que acaba de pasar.
IV. Con siete copias, una colección de experiencias contra y con la burocracia, aquí ya lo quiero hacer hermano e invitarlo a comer.
V. La lucha por aprender, son comentarios variados sobre la educación, Jorge y yo no podíamos estar de acuerdo en todo y él parece tener cierto desprecio por la educación formal
VI. Las madres y otras mujeres. Son comentarios sobre las mujeres en general y sobre su madre en particular, un poquito machista en algunos casos pero nada que lamentar.

Con Jorge comparto su perspectiva de la democracia, el sufrir de la burocracia (y su total inutilidad para el usuario al menos), algunos padecimientos de la mexicanidad. No comparto algunas ideas sobre las mujeres, o sobre madrugar, y claro que sus escritos sobre el teléfono y las cartas ya están fuera de contexto (no sé si totalmente, igual somos casi las mismas personas). Pero su tono irónico es constante.

Sí duermes arropado con la bandera de México y te enchilas cada que alguien medio dice algo de los mexicanos, mejor no pases de la presentación del libro, por la paz. Por otro lado, si eres capaz de reírte de tu propia mexicanidad, o como yo eres un feliz (sí me quejo, pero contento) extranjero habitando tierras mexicanas este libro te va a dar gusto, te vas a identificar y tal vez quieras consultar uno que otro artículo de vez en cuando, como quien va a contarle a un amigo algún fiasco que tuvo, y este amigo Jorge a su vez te cuenta uno similar que le pasó, pero hace cuarenta años.






sábado, 4 de julio de 2015

¡¡¡ME PARAN ESA PELEA YA!!!

Yo siempre supongo que en un problema donde las ideas parecen no transitar entre grupos que difieren de posición es porque hay ideologías más que propuestas; y entre más gente opinando aumenta la probabilidad de que esto suceda . Quiero proponer un ejercicio de lógica simple y otro de lógica de sobrevivencia, sí eso tiene algo de sentido podríamos pasar a discutir los aspectos prácticos, jurídicos, sociopolíticos y de historia que les parezca ¿vale? (Sé que he dicho que hago pocas preguntas retóricas, pero síganme esta vez por favor)

La cuestión es que cuando un adulto responsable ve una pelea entre niños la detiene, sin preguntar causas o provocadores; el asunto es que hay violencia, daño físico eso está mal y debe ser detenido ¿no? Yo creo que sí, cualquier daño entre seres humanos no está bien así que hasta ahí la lógica no tiene falla.

Los niños dirán:

- Él empezó
- No, él empezó porque me dijo feo

Y así puede ir la argumentación pero el objetivo de quien detenta el poder, la responsabilidad y la 'sabiduría' es parar la violencia. ¿Vamos de acuerdo? (Espero que sí, porque esta pregunta tampoco espera respuesta).

Así las cosas lo importante es detener la violencia. Pero claro, estamos hablando de dos niños que lo mucho que harán es romperse un par de huesos en el peor de los casos, vale, tal vez no el peor pero es la idea. Ampliemos el problema: uno de los niños ha estado increpando al otro de manera agresiva durante varios meses.

La idea no cambia, la situación no está cambiando: hay una dinámica violenta que provoca daño a los actores. Aquí viene la lógica de sobrevivencia. Cuándo uno está en una pelea, en el momento de recibir los golpes, la lógica se va por la ventana; ya es cuestión animal, es regresar el daño con el propósito de no recibir más. Sí uno está en el monte, me imagino porque nunca he estado en situación parecida, recibiendo plomo de alguien, pues lo regresa.

Yo no creo que los colombianos que están en las selvas enviando plomo tengan mucha consciencia de porqué están ahí, llegan por circunstancias ajenas a ellos, para mí no es que hay unos malos que quieren matar a unos buenos. Para mí hay unas personas que aprovechan la ausencia del gobierno para hacer dinero controlando territorio, algunas en nombre de las fuerzas del ejército y otras en nombre de otros, y atraen a jóvenes sin educación, dinero u oportunidades o cultura para ver más allá de las armas como medio de vida.

Sí hay jóvenes que se unen al ejército con ideales, y eso está bien; pero hay que entender que hay otros que llegan a grupos al margen de la ley (guerrillas, paramilitares, y crimen organizado) por falta de visión de las opciones posibles, o por falta real de las mismas; matarlos porque están ahí no es la manera de acabar con esos movimientos por la sencilla razón de que llegarán otros elementos que se encuentran en las mismas circunstancias. Yo sueño (aquí sí no pienso ni creo) que si paramos la pelea podemos dedicar energía a cambiar las circunstancias que empujan a las personas a unirse a grupos al margen de la ley, los que sean.

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