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domingo, 31 de enero de 2016

Salman Rushdie East West no era para tanto

Tanto por leer y tan corto el tiempo.

 Rushdie es uno de los autores que se menciona seguido, y en particular entre personas que tienen a pensamientos fuera de la corriente principal. "Nada más por llevar la contraria" diría mi abuelita. Y leer a este señor está, aún haré otra visita por lo menos, entre mis deudas de cultura literaria. Famoso por "Versos satánicos" aquí ofrece una perspectiva que se antojó parecida a "La colmena" de Cela, una descripción por partes que parecen algo inconexas, pero a la vez componen un mosaico de algo.

Mi, y sí es mío y sólo mío, conflicto con East, West, es que llegué con una expectativa muy alta (que la fuerza no permita que me pase lo mismo con el episodio VII) entonces al leer un conjunto de historias más bien cortas, tal vez un poco escuetas, pues me quedé algo corto en mis expectativas. No sé sí me hace falta buscarle más a Rushdie, espero que sí porque lo haré; en caso que usted amable lector crea lo contrario, tenga la decencia de decirme, no sea malvado.

Lo más agradable de la lectura es lo eficiente. El inglés, limpio sin llegar a ser insulso con el que retrata tantos personajes en tan variadas situaciones. A veces cuando yo leo autores anglosajones clásicos, o de tradición romance de mediados del siglo XX y se me hacen pesados en sus descripciones, como que intentan montar toda la escenografía y eso me cansa un poco. Él no, ágilmente pone en situación y uno, o yo pues, me imagino a los personajes en escena. Lo recomiendo para los curiosos de otras culturas, pero no para quienes esperan vivir aventuras a través de las lecturas.


domingo, 20 de septiembre de 2015

La carta que no supe compartir por dropbox

Carta abierta a Wradio

No quería usar este medio, porque pensé este blog para otro propósito. Pero comunicar esta opinión me parece urgente.

La copio, además de dejar el vínculo.


Carta abierta a W Radio, programa de mañanas W, a Natalia Springer y en especial a Julio Sánchez Cristo, Félix de Bedout y Camila Zuluaga 

Buenas tardes

Comienzo por agradecer el gran trabajo que hacen Julio Sánchez, como director de un programa radial que oigo con frecuencia y la gran cultura que nos aporta, con sus opiniones y denuncias; a Félix de Bedout, quien es un gran periodista con un conocimiento sobre un deporte que disfruto; y a Camila Zuluaga, una persona que considero muy brillante y que aporta geniales opiniones, soportadas, fundadas en un gran ejercicio de investigación.

Entiendo que asuste un poco cuando uno lee que alguien, o su empresa, recibe un contrato por $4.000.000.000 incluso causa enojo, porque son los recursos de todos y debemos cuestionarlos. W Radio cuestiona esto, de manera sistemática, y me parece de la manera correcta: fuerte, y directo.
Pero creo que les hizo falta investigación conceptual básica. Así opino y me explico sobre esto en varios puntos. Y hablo un poquito duro para que se entienda.
  1.   Le cuestionan a la Doctora Springer sobre su calificación, acerca de lo adecuado de su formación para el informe que ha entregado, y los que está por entregar. Es válido, porque reitero: me encanta que nos ayuden a vigilar el uso de los recursos públicos. Pero comencemos por lo obvio ¿Saben qué es un doctorado? Yo creo que, basado en las preguntas que hicieron Camila y Félix (Sí me permiten el atrevimiento del uso de sus nombres de pila), me parece que no. Natalia se equivoca al asumir que lo entienden, entonces no explica este tema obvio y esencial. Les quiero contar mí perspectiva personal sobre lo que es una formación de este nivel. Un doctorado es ‘apenas’ una investigación original, sobre un tema relevante que una institución reconocida admite. Esto quiere decir que si me otorgan un título de doctorado, hice una investigación única, que un grupo de personas y una institución creen que es importante; es decir que no hay otra persona en el mundo que haya dicho lo que dije, y se ha dicho con gran rigurosidad, no es una opinión, es una fundación de verdad, de teoría.
  2.   A ver Natalia ¿Pero ese trabajo no lo pudo hacer un economista, un estudiante? Julio, categóricamente NO. Usted puede poner una máquina a procesar los datos, por sensibles que sean, incluso por difíciles que esos datos sean de poner en datos programables. Pero se necesita alguien, una persona o grupo, que le diga a la máquina qué variable cruzo con cuál. Intento hacer un símil para que se entienda mi punto de vista. Yo me puedo saber los ingredientes del ajiaco, pero saber sí los modifico, cuándo los pongo en la olla y a qué temperatura; es otro problema diferente, para explicar eso de manera técnica necesitaría biólogos, físicos, químicos, y un largo etcétera. Yo que sé preparar un ajiaco muy rico aquí en México, con falta de ingredientes, no sé explicar todo el proceso. Julio, Félix, Camila; esto no se trata de poner en un Excel bases de datos y hacer una regresión lineal simple, decidir qué columna es válida para combinar con otra, y cuál es la adecuada puede tardar años de teorización cualitativa. No he pedido permiso a mis maestros sobre estos temas, pero los invito a que los confronten: Sergio Monsalve Gómez, Arsenio Pecha, y Óscar Soto Bocanegra. Sin duda todos son los mejores en sus campos y podrán explicar mejor que yo porqué no es tan fácil decidir qué variable se combina con cuál en un conjunto de datos.
  3.  Una de mis exnovias está felizmente casada con un suizo, vive allá; una de mis hermanas vive en Europa y tuvo un hijo con un europeo. Sé por las historias que ellas me cuentan que mantener el apellido es un problema, y peor es tener un nombre en un documento y otro en el pasaporte, y más si se es de Colombia. Yo creí que ustedes viajaban seguido, pero pareciera que no; no tienen idea el pequeño infierno que vivimos al pasar por los dispositivos de seguridad, y en particular si uno está radicado en otro país. Natalia les hizo varias pregunticas de lógica, pero no sé si de verdad las registraron.
  4.  Me repito un poco, pero es importante. Un doctorado es una investigación única. Uno se gradúa como la única persona del mundo en la historia que ha concluido lo que diga el título de la tesis. Para llegar a eso no es nada más opinar, se debe revisar todo lo investigado sobre el tema para poder decir que la conclusión es en realidad nueva y le aporta algo al mundo. Esto de un doctorado no es un cursillo o un pregrado; no te llevan de la mano en cada materia. La persona que se atreve a esto está sola, porque su tema no lo trata nadie más y porque es una vida difícil.

Ya no me extiendo más, para no aburrir. Espero no ofender con mi posición fuerte sobre lo que un gran trabajo de toda la vida significa. Pero creo no lo han entendido. Una comparación, que no es igualación, con la medicina: ¿Cuánto vale una aspirina para su resfriado?

La científica que lo haya hecho tuvo que estudiar años de biología en general, medicina para entender el cuerpo humano, virología, farmacología… es una persona que toda su vida ha tenido la misma pregunta en la cabeza y ha ido de lo general a lo particular para contestarla. En total unos 20 años mínimo de investigación, en un ambiente hostil y casi siempre sin dinero. El precio del producto de su trabajo no será equivalente al valor del conocimiento invertido.

Para terminar agradezco de nuevo el trabajo periodístico de todos, los mencionados y los que no, porque abren la puerta para estos debates tan necesarios. A la Doctora Natalia, a todos los estaré siguiendo con atención y gusto.

Gracias

viernes, 7 de agosto de 2015

Cientificismos I Al salmo respondemos El hemisferio derecho del cerebro


Hoy particularmente creo que debo recordar que quiero pisar cayos (ver Declaración de aclaraciones)

Este tema me surge por varias razones: la primera, más honesta y directa, es oportunismo. No terminé de leer a Rushdie ni a Cortázar esta semana; la segunda, es que me viene dando vueltas en la cabeza hace rato que repetimos, seguramente yo otras y no las que voy a criticar, varias fórmulas como si fueran verdades porque ya fueron aparentemente probadas por La Ciencia. 

De ahí que se llame esto Cientificismos I, porque anticipo que será un recurso del que podré echar mano en futuras ocasiones (jeje, es sinceridad que no cinismo) y porque quiero referirme al trato que le damos a la ciencia en forma de respeto místico, hay un culto alrededor. Yo sé que este argumento no me lo estoy inventando yo, no recuerdo de dónde viene (tampoco es de teólogos cristianos, de eso estoy seguro y me dio la impresión que se lo quieren adjudicar) si alguien que por casualidad, o asiduidad, esté leyendo sabe le agradezco que me recuerde. Pero la cosa va más o menos así: si uno dice que "estudios científicos dicen que..." o "los doctores confirman que..." la afirmación subsecuente tiene cierto peso extra. 

De alguna manera andamos por ahí como pensando que las verdades científicas son lo mismo que las realidades del universo, y que siempre han existido así; y algunas 'verdades' las repetimos de manera irreflexiva, cómo hacíamos de muy jóvenes en las obligadas visitas a la iglesia católica (a mí si me tocó, ahora que ya me afeito y pienso lo que me hacían repetir en misa... bueno, otro tema) sin revisar si ya cambió la marea ¿Qué tal uno diciendo que la tierra es el centro del sistema solar? 

Al Salmo El cerebro divide sus funciones superiores en dos hemisferios respondemos: el derecho se encarga de las funciones creativas y el izquierdo de las lógicas. No; sí se usó la idea, pero se revaluó. Los baches en la cuestión de si hay o no partes dedicadas en el cerebro comenzaron a aparecer en los setentas, la hipótesis de los hemisferios es de una década atrás, cuando personas lograban recuperar funcionalidades supuestamente perdidas por lesiones cerebrales. El cerebro se reorganizaba. 


La observación de otros pacientes con partes del cerebro desconectadas, condujo a pensar que más grave que perder un trozo es no tenerlo conectado (del cerebro, no pierdan la idea EH!) Entonces por ahora la conjetura o hipótesis que los cerebros se conectan de una manera particular, y no tanto con una preconfiguración fisiológica, aunque sí hay potencialidades predefinidas para la profundidad visual y el lenguaje (Según lo que entendí aquí), pero llevar el asunto a que las matemáticas y la apreciación artística van por lados distintos, y que hay personas que van por un lado y por el otro; ah, ah. De hecho las mentes más brillantes generalmente tienen diversas inquietudes asociadas a múltiples elementos; échense una ojeada a la biografía del señor despeinado que sacudió la física, ese que ahora le andan poniendo cuanta frase junto a la foto, o para no ir un siglo atrás, y con uno más guapo Pablo Meyer.

Para cerrar el salmo en discusión de hoy: No, no hay funciones dedicadas, ni personas zurdas o diestras del cerebro. Dicho sea de paso, sí la hipótesis es correcta (y si seguimos el paradigma dominante en la bioquímica, que es le falsacionismo positivista) lo será hasta que se pruebe falsa, tampoco es cierto que usamos solo el 10% del cerebro, tal vez en lo que respecta a la capacidad posible de procesamiento lógico y eso podría ser un mecanismo de sanidad.

Sería lindo que me desmintieran en los comentarios XOXOXO. 


jueves, 23 de julio de 2015

Yo fui por pastel y me dieron cheesecake. El adversario de Emmanuel Carrère

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Ya había tenido una experiencia placentera con Emmanuel (ya saben que soy confianzudo) y la contraportada prometía, según yo leo y reproduzco para ustedes abajo con la esperanza de que alcancen a leer, otra novela con un personaje central trastornado. Y pues sí pero no.

Con el propósito de no arruinar el libro para quien lo quiera abordar después de este comentario solo diré que no es una novela, pero sí cabría como relato; sí hay un personaje central trastornado y creo notar un estilo narrativo particular del autor. Emmanuel intenta retratar el estado mental del protagonista con sus acciones que si bien están fuera de lógica, o del sentido común, de alguna manera tienen motivo.

Digo que fui por pastel (ponqué le dicen en mi tierra natal) y me dieron cheesecake, porque no encontré lo que esperaba, sino un sustituto aceptable y agradable.

Como nos da pistas la contraportada, el relato está basado en hechos reales. Aquí un comentario corto sobre ese mote: "basado en" quiere decir que el argumento central sucedió alguna vez, no que esto es un documento histórico.

 Triste tener que aclarar que pasa igual con las telenovelas y los libros sin importar quien los escriba, sin importar si son sobre fútbol o narcotráfico, sin importar si el escenario es Colombia, Rusia o México. Todas esas obras son en gran parte ficción.

Sí es estremecedor. Nos vamos enterando de cómo se va construyendo un castillo de naipes alrededor del protagonista de los eventos.

Definitivamente visitaré de nuevo las letras de Emmanuel. Si a usted le gustan las historias con locos, y a veces le genera cierta simpatía el psicópata, seguramente le va a gustar lo que escribe este francés.

miércoles, 8 de julio de 2015

Instrucciones para vivir en México (II) Les recomiendo a mi amigo Jorge

Una de las cosas buenas de la ironía es que da permiso de decir cosas y culpar al lector en caso de mal entendido, cómo en el título: no hay instrucciones; más aún, sería imposible (creo yo) disfrutar esta colección de artículos publicados entre 1969 y 1976 sí no se ha tenido un proceso de inmersión en la vida mexicana, y me atrevería decir que en la vida chilanga (léase la experiencia en la capital).

Los artículos están repartidos en seis temáticas:
I. Lecciones de historia patria, debo confesar que me perdí un poquito.
II. Teoría y práctica de la mexicanidad, gran compendio de comportamientos típicos, que no es lo mismo que lógicos y eso es lo importante. De aquí sale Pobres pero solemnes que comenté antes en Instrucciones para vivir en México (I)
III. La familiona revolucionaria, dónde Jorge nos cuenta del proceso democrático, votantes, candidatos y partidos; resulta ser terroríficamente similar al que acaba de pasar.
IV. Con siete copias, una colección de experiencias contra y con la burocracia, aquí ya lo quiero hacer hermano e invitarlo a comer.
V. La lucha por aprender, son comentarios variados sobre la educación, Jorge y yo no podíamos estar de acuerdo en todo y él parece tener cierto desprecio por la educación formal
VI. Las madres y otras mujeres. Son comentarios sobre las mujeres en general y sobre su madre en particular, un poquito machista en algunos casos pero nada que lamentar.

Con Jorge comparto su perspectiva de la democracia, el sufrir de la burocracia (y su total inutilidad para el usuario al menos), algunos padecimientos de la mexicanidad. No comparto algunas ideas sobre las mujeres, o sobre madrugar, y claro que sus escritos sobre el teléfono y las cartas ya están fuera de contexto (no sé si totalmente, igual somos casi las mismas personas). Pero su tono irónico es constante.

Sí duermes arropado con la bandera de México y te enchilas cada que alguien medio dice algo de los mexicanos, mejor no pases de la presentación del libro, por la paz. Por otro lado, si eres capaz de reírte de tu propia mexicanidad, o como yo eres un feliz (sí me quejo, pero contento) extranjero habitando tierras mexicanas este libro te va a dar gusto, te vas a identificar y tal vez quieras consultar uno que otro artículo de vez en cuando, como quien va a contarle a un amigo algún fiasco que tuvo, y este amigo Jorge a su vez te cuenta uno similar que le pasó, pero hace cuarenta años.






viernes, 12 de junio de 2015

Instrucciones para vivir en México (I) Una lectura pospuesta más de lo debido

Voy a poco menos de la mitad del libro que recoge una serie de artículos de Ibargüengoitia para el periódico Excélsior publicados entre 1969 y 1976. Sí alguno está pensando en que ha encontrado el manual definitivo para resolver sus dudas, yo creo que se equivoca. En mi caso hasta ahora ha sido una fuente pródiga de aforismos y ácidos comentarios que comparto en mayoría. Dicho de otra manera: es una colección de trinos brillantes acomodados en entradas de blog que ponen el dedo en la llaga de la cotidianidad de México. Ya de una vez esta es una primera parte porque quiero comentar sobre un artículo en particular porque tiene relación con algo que viví esta semana.

Aquí pueden leer a Jorge (Sí, así como si fuéramos amigos; yo que agarro confianza cuando estoy de acuerdo) Instrucciones para vivir en México pero de todas maneras voy a concentrarme en "Pobres pero solemnes. Lesa majestad" en el apartado segundo "Teoría y práctica de la mexicanidad"

En cualquier organismo mexicano que examinemos, encontraremos una persona que funge como rey y que ejerce poder ilimitado (dentro de sus posibilidades) por derecho divino; un administrador incompetente, y uno o muchos esclavos. Para sustentar lo que acabo de decir, voy a poner dos ejemplos [Aquí solo reproduzco el primero] que me parecen dignos de estudio.
Primer ejemplo. Voy a un balneario de aguas termales que queda en medio de un desierto, a veinte minutos en automóvil de lo que podríamos llamar "la civilización". Llego en coche de alquiler, despido al coche, compro los boletos, que me vende el administrador incompetente: no me dice que la alberca está vacía. No precisamente vacía, sino llena de niños horribles, controlados a gritos por sus respectivas madres. ¿Qué hacer? Yo mismo me he cortado la retirada despidiendo al coche de alquiler. Tengo que esperar hora y media a que venga el camión que hace el servicio regular. Hago de tripas corazón, me pongo en traje de baño y me acuesto en el pasto a tomar el sol, teniendo cuidado de no picarme con las espinas de mezquite que allí abundan. Pasa un rato. Se me ocurre una idea genial: voy a tomarme un Tom Collins. Voy al bar y se lo pido al cantinero, que está leyendo una revista de monitos. Es el rey. Al oír mi voz, suspende el trabajo intelectual al que está entregado, me mira majestuosamente y me dice:
—No tengo hielo. Nomás que venga el "muchacho", lo mando por hielo y le preparo su Tom Collins.
Había que ir por el hielo a un lugar que queda a doscientos metros. Regreso al pasto a tomar el sol. Pasa media hora. De pronto, veo algo que me llena de esperanzas. El esclavo, empujando una carretilla con un pedazo de hielo. Pasan diez minutos. Comprendo que al rey ya se le olvidó que yo quiero un Tom Collins. Voy al bar y le pregunto qué pasó. Él vuelve a dejar su lectura y me dice:
—No tengo ginebra.
Hago una rabieta y le pido otra cosa.
—Ahora se la llevo —me promete.
Vuelta al pasto y al sol. Pasan diez minutos. Vuelta al bar. El cantinero sigue leyendo. Al verme de regreso y al borde de la apoplejía, se da una palmada en la frente y me pregunta:
—¿Qué fue lo que me pidió?
Caray, a mí esto me parece precioso. ¡Un país tan árido, un pueblo tan pobre, una cantina tan furris y todo manejado con tanto desparpajo!
El otro ejemplo también es divertido a su manera, dónde Jorge (ya no como amigo, sino hermano en penurias) va a la oficina de correos para luchar contra los empleados, de manera que las cosas se puedan resolver de la manera debieron hacerlo en un principio pero después del triple de tiempo y energía.

Pues yo estudio en la máxima casa de estudios de México, muy orgulloso, estoy a gusto en el D.F., pero eso no me impide mi sagrado e internacional derecho a la rabieta fundamentada. Para graduarme se deben realizar una serie de trámites, entre ellos algo llamado "revisión de estudios" que implica una verificación documental de que he superado todos los estados necesarios para alcanzar el título; anticipandome a esto hace unas seis semanas llamé para verificar que no faltaran documentos: en dos llamadas, cada una de dos minutos y separadas entre sí por unos quince minutos me dieron buenas noticias. Yo feliz. 

Cuando por fin, al término de un periodo obligatorio de espera por otro asunto con más historia y rabietas involucradas, escribí para verificar que mi trámite diera curso correctamente, de nuevo me indican que están perfectos todos mis documentos y que vaya a pagar una cantidad, y comenzar con la revisión de estudios. 

Peeero llego a la ventanilla de 'administración escolar' (¡¡¡qué eufemismo!!!) dónde está un funcionario que decide hacer su trabajo concienzudamente y revisar tres veces los documentos, preguntándome en cada ocasión cuáles son algunos de ellos, para organizarlos en orden cronológico, y proferir el siguiente veredicto:

- Sí joven, todo está bien. Pero sus calificaciones están de uno a cinco, y aquí tenemos un sistema de uno a diez; entonces tiene que ir a pedir una e-qui-va-len-cia de -pro-me-dio, en la oficina de DGEA, Ah no!, Degire (DGIRE) para que sus promedios queden de uno a diez.

A mí los títulos nobiliarios poco me importan (así que joven en lugar de maestro, como les gusta en esa facultad no interesa), y prefiero que me expliquen las cosas con claridad porque soy muy despistado, y un doctorado no me a quitar lo pendejo. Pero esa equivalencia es un requisito de admisión, reitero REQUISITO DE ADMISIÓN. Bajo el supuesto de que no lo entregué nunca, me he inscrito ilegalmente los últimos cuatro años.

La rabieta, a la cual sostengo que debo tener derecho amparado en leyes internacionales, me la guardé para mis adentros y mantuve (creo) la compostura mientras le dije al funcionario que eso era un requisito de admisión, que deberían tenerlo, que tal vez había otro expediente con mi nombre... sólo me faltó ofrecerme para buscar en el archivo; luego fui a la coordinación del doctorado para ver si tal vez tuvieran una copia. Primero me miraron como si hubiera pedido un cóctel de camarones en una zapatería, luego con característica parsimonia revisaron mi expediente página por página (el mío es como un tercio más grueso que cualquier nacional por las apostillas) para llegar al fatal veredicto: pues debe ser que no lo entregaste. Qué desparpajo!!!

Para no extenderme más no comentaré sobre el desacuerdo entre ambas oficinas, separadas por unos cuarenta metros en el mismo edificio, acerca de qué hacer con mis documentos completos una vez que entregué de mi propio archivo una copia del mentado documento (el cuál en sí mismo tiene otra historia con ilógicas olímpicas y justificadas rabietas) El caso es que ya puedo esperar de 15 a 20 días laborales para tener la revisión de estudios. Jorge, hermano: un abrazo.

jueves, 4 de junio de 2015

Alice (in)Munro y Las lunas de Júpiter o a mí no me gustó.

La octogenaria ganadora del premio Nobel de literatura en el 2013 es reseñada en la contraportada como “maestra mundial del relato contemporáneo. Sus cuentos destilan la melancolía americana de Carson McCullers, Eudora Welty y Raymond Carver, y además ostentan una profundidad absolutamente chejoviana.”

Entiendo que las reseñas tengan que halagar superlativamente, pero la última frase ya me parecía mucho; pero como está por aquí el libro, parte de una pequeña herencia accidental que deja mi anterior compañero de apartamento (si pasó a mejor vida, se casó) pues me dispuse a leer “Las lunas de Júpiter”.

Los relatos cortos son protagonizados por mujeres, que narran en primera persona en la mayoría de las ocasiones, con un ritmo constante y ameno, lo que no quiere decir lineal. 

¡Vaya! Sí entretienen los cuentos; todos ambientados en Canadá, en lugares que por sus descripciones yo (ajá, pues desde mi estrecha visión) llamaría pueblos, sin que eso quiera decir que son más o menos, sino que eso es lo que son.

Lo que no me gustó fueron sus narradoras. Un conjunto de puritanas, cuando menos, y solapadas cuando más. Algunas sumisas y temerosas del otro, de los otros y de las otras, de una manera tan impresionante, tan grande que para mí eso de “relato contemporáneo” puede ser que se refiere a arte contemporáneo, ese de principios del siglo XX cuando nació la escritora.

Lo recomiendo para quienes gustan de la lectura de actualidad, de lo que se está comentando. Los que preferimos que la literatura también nos divierta, más que nos conmueva, tal vez no es lo indicado.

viernes, 22 de mayo de 2015

Atrayentes que decepcionan

Los humanos somos esencialmente contradictorios, eso no está en duda ¿Pero qué tanta contradicción nos podemos permitir? Ya tenemos debate hasta que tengamos que elegir a qué planeta nos vamos cuando acabemos este; pero mientras seguimos aquí, como nosotros con nombre propio y como especie, vale la pena indagar sobre la queja de la señorita.
Pues sí, está feo los variopintos sitios virtuales y aplicaciones para conocer personas a través de un aparato estén plagados de seres extraños. Casi pareciera que la única persona normal es uno, y los feos sin complejos (al menos en la red). Así como leo, que para las mujeres resulta frecuente el pervertido, feo y pobre (Porque ya leímos qué pasa si es pervertido, multimillonario y guapo), para nosotros es frecuente que de lejos se vea guapísima y de cerca se note que no se rasuró la manzana de adán.

Pero uno sigue hasta que consigue, porque tiene sus ventajas. Desde un punto de vista masculino suena interesante que se vale intentar hablar con las mujeres que uno le interesen, sin que ninguna se sienta como segunda opción, y además sin parecer tacaño o pobre por no invitar ni una galleta. Para las chicas, aparentemente supongo yo, resulta cómodo poder sacarse de encima al sujeto con un click y listo, pueden echar ojo a gusto, y pueden evitarse los juicios de sus congéneres respecto a sus gustos culposos (Admitan sus arjonafilias y deseos balvinescos sin tanto miedo).

Pero ¿A quiénes les es más atractivo este tipo de interacción? A los hombres en general porque cargamos con la mayor parte del riesgo al rechazo, y pues así sin ver caras de disgusto está más ligero el tema, y en particular a quienes de entrada se sienten torpes socialmente por alguna razón. Así que las rarezas poco atractivas necesariamente están a la orden del día.

No critico quienes los usan, pero sí que esperen encontrar a esa persona que cumple con todos los requerimientos necesarios y deseables que nos hemos ido construyendo tras cada ruptura; en todo caso lo que uno cree que quiere, no es lo que le gusta y rara vez lo que necesita.

sábado, 16 de mayo de 2015

Declaración de aclaraciones

Autorretrato
Me parece divertido leer y más divertido conversar sobre lo que se lee, pero resulta improbable conocer a alguien en una fiesta que comparta algunas lecturas con uno y quiera cambiar opiniones al respecto; por eso hago este nuevo intento de provocar conversaciones sobre lecturas.

Nuevo intento porque he realizado ejercicios en mis redes sociales, y seguramente reciclaré algunas de esas opiniones aquí, con la esperanza de un alcance mayor de público e incrementar las posibilidades de leer reacciones.

Mera lectura es donde iré opinando sobre lo que deliberadamente busco y lo que accidentalmente encuentro; hay de todo, principalmente literatura, también texto, periodismo, redes sociales y hasta sátira (género que se está poniendo de moda con iniciativas como Actualidad Paramericana o El Deforma).

El estilo es intencionalmente parcializado y provocativo, lo que aquí está escrito no es (necesariamente) lo que opino personalmente; mi posición sobre la mayoría de los temas es de extremo centro, este blog es de 'quiero pisar cayos'. Así que no lo tome personal, pero intente desmontar la retórica de cada publicación.

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